Cuando se hace un estudio de pre-inversión en el nivel de pre-factibilidad, factibilidad o plan de negocio, es importante para proyectar el componente financiero del proyecto, contar previamente con los insumos que aporta la investigación de mercados, el análisis técnico del proyecto (tamaño, localización e ingeniería), así como de la estructura legal y organizativa para iniciar la etapa de producción o funcionamiento del proyecto.
Cuantificar las inversiones es muy importante, para ello es clave determinar cuales son las inversiones fijas, cuales las diferidas y cual es el capital de trabajo. La sumatoria de estas tres categorías de inversiones, permite cuantificar la magnitud de la inversión total requerida por el proyecto. Con esta información, la pregunta que surge es, ¿cuál es la estructura de capital?; es decir, ¿qué porcentaje de recursos son propios y qué porcentaje corresponde a recursos de financiamiento?
Para el financiamiento, quien estructura el proyecto, debe aportar la información necesaria para decidir sobre la alternativa de financiamiento más conveniente para el proyecto.
En cuanto a los ingresos proyectados para el período operativo o de funcionamiento, sabemos que cuando se trata de un producto o un servicio, estos dependen de la producción anual proyectada para el período operativo, teniendo en cuenta una capacidad instalada (tamaño) y el precio de venta derivado de la investigación de mercados. Esa producción anual, se conoce como programa de producción si se trata de un producto o programa de prestación de servicios en el caso de un servicio.
Al multiplicar la cantidad proyectada de cada año por el respectivo precio unitario, se obtienen los ingresos proyectados del bien o servicio para el período operativo.
También es necesario tener en cuenta los cambios en el contexto mundial de un mercado de la demanda en el cual la demanda era superior a la oferta, por un mercado de la oferta, es decir, donde ahora es superior la producción de bienes y servicios a la demanda. En este nuevo escenario, juega un papel fundamental el nivel de innovación, así como los precios del bien o servicio, teniendo en cuenta los precios de los competidores. De igual manera, además del precio, la competitividad de una organización depende también de la estructura de costos y gastos.
Para la proyección, generalmente hacemos énfasis en los ingresos proyectados, pero pocas veces le damos importancia necesaria a la estructura de costos y gastos del proyecto de transformación (industrial/agroindustrial), el cual tiene unas particularidades que la diferencian cuando se trata de un proyecto relacionado con la prestación de servicios. En una empresa de transformación se requiere de materias primas e insumos, así como de gastos relacionados con el personal de producción y los gastos indirectos de fabricación.
En el caso de una empresa de servicios no se requiere de materias primas y los costos y gastos dependen del tipo de servicio. Así, por ejemplo, es diferente una empresa de procesamiento de café a organizaciones que prestan servicios de transporte, salud, educación, consultoría, seguros entre otros. Una característica de las empresas de servicios, es que estos no se pueden almacenar para atender la demanda en un futuro, como si ocurre con las empresas de transformación.
La forma de costear los servicios, por lo general se basa en dos criterios. El primero es por contratos para adelantar proyectos específicos, los cuales para efectos pedagógicos los podemos asumir como equivalentes a órdenes de servicio para adelantar por ejemplo: proyectos de asesorías y consultorías, capacitación, diseños de ingeniería, remodelaciones de infraestructura, montajes de equipos.
El segundo método de costeo cuando se trata de servicios, se aplica a empresas que prestan servicios que tienen la característica de ser repetitivos y con procesos estandarizados como, por ejemplo: el transporte de pasajeros, servicios bancarios, servicios médicos, servicios de educación formal entre otros. En este caso, es necesario tener en cuenta las líneas de servicio que se manejen, las cuales cada una tienen una infraestructura y cuentan con un personal asignado. Para determinar el costo del servicio, se calculan los costos directos del servicio y los costos indirectos del mismo.
Para atender esta necesidad, el autor está trabajando en el perfeccionamiento de la herramienta EVAPROYECT que acompaña el libro Formulación y Evaluación de Proyectos. Enfoque para emprendedores, con el propóstio de facilitar al emprendedor y a empresario la estructuración del análisis financiero de un proyecto.
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